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Los Principios Básicos de la Localización Magnética

Comprender los principios básicos de la localización magnética lo preparará para utilizar efectivamente los localizadores SCHONSTEDT

La tierra se comporta como un imán grande y su campo magnético se representa típicamente con líneas muy parecidas a las de un imán común, por lo que en cada punto sobre y debajo de la superficie de la tierra hay un nivel de campo magnético presente.

Los objetos hechos de ciertos materiales como el hierro y el acero se ven afectados por este campo de tal manera que desarrollan su propio campo magnético, muy similar al de un imán.

Por el contrario, los objetos enterrados hechos de metales no magnéticos como el aluminio, el cobre y el oro no se ven afectados por el campo magnético de la Tierra y, por lo tanto, los localizadores magnéticos no pueden localizarlos.

Los localizadores magnéticos SCHONSTEDT operan según el principio de detectar la diferencia en el campo magnético presente en dos sensores separados por una distancia fija. En ausencia de un objeto enterrado, el campo en ambos sensores es el mismo. La presencia de un objeto hecho de hierro o acero resulta en una diferencia entre el campo magnético en los sensores superior e inferior, esa diferencia se denomina gradiente.

Los localizadores SCHONSTEDT indican la detección de un gradiente al usuario al cambiar el nivel de un tono de audio, y según el modelo con un gráfico de barras en una pantalla visual. El tamaño del objeto enterrado tiene un impacto en el tamaño de la diferencia del campo magnético, o gradiente. Del mismo modo, la orientación del objeto enterrado también tiene un efecto sobre el tamaño del gradiente detectado. El mismo objeto orientado verticalmente generalmente producirá una diferencia mayor.

Algunos localizadores SCHONSTEDT también indican polaridad, lo que puede ser útil para determinar si el objetivo está orientado vertical u horizontalmente. Esto se logra observando el cambio de polaridad en cada extremo. El espacio fijo entre los sensores determina la longitud total de un localizador, y tiene un impacto en la diferencia de campo detectada, o la sensibilidad del localizador. Cuanto más separados están los sensores, más sensible es el localizador.

SCHONSTEDT ofrece modelos de localizadores magnéticos con varios espacios de sensores, además de indicadores de audio y visuales. La técnica básica para localizar un objeto enterrado con un localizador magnético consiste en acercarse al objeto, mientras escucha el nivel del tono de audio y, si corresponde, observar el gráfico de barras en la pantalla. una vez cerca del objeto, los pequeños movimientos en un patrón en forma de X ayudan a determinar la ubicación exacta del objetivo. El volumen y la sensibilidad se pueden ajustar en todos los localizadores SCHONSTEDT para adaptarse a diversas profundidades y tamaños de objetivos, así como a las condiciones de ruido de fondo.

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